Beja: Viajes y turismo
Festival do Sudoeste 2007
Las inmensas llanuras abrasadas por el sol del Alentejo, donde se puede manejar por kilómetros y kilómetros entre campos de trigo y olivares sin encontrar un alma en el camino, también abarcan muchas aldeas y ciudades que reflejan la larga ocupación mora en sus calles estrechas y casas increíblemente encaladas, con azulejos decorativos.
En algunos lugares, como
Beja, la historia se remonta mucho más atrás, hasta épocas romanas, cuando fue capital regional bajo Julio César. La arquitectura y presencia morisca es visible en las calles empedradas y las casas de la ciudad vieja, mientras que un castillo del siglo XIII nos recuerda la lucha permanente por mantener los musulmanes alejados.
En
Serpa puede verse otro castillo de orígenes igualmente morunos, luego reconstruido por el mismo rey Dinis en el siglo XIII, pero la atracción principal de este apacible poblado agrícola, reconocido además por sus quesos, es la Puerta de Beja: formada por murallas gigantescas que soportan un acueducto, con un portón enmarcado por dos torreones que guardan su entrada.
Serpa se levanta cerca de la frontera, y como esta región fue disputada a moros y castellanos, hay varias atalayas y fortalezas a lo largo de las colinas.
Las viñas alrededor de
Vidigueira anuncian su posición como centro de producción vinícola; el Alentejo ofrece varios tipos de vino de excelente calidad.
Mértola es un sitio que merece visitarse; esta pequeña villa es una especie de museo que exhibe descubrimientos de diferentes eras, en áreas separadas, desde los fenicios a los romanos y, muy especialmente, del período islámico.