Melgaço: Viajes y turismo
El pequeño y tranquilo pueblo de Melgaço creció alrededor de una fortaleza construida por orden de Afonso Henriques, primer rey de Portugal (1139–85). El castillo, ahora un monumento nacional, tiene una torre impresionante y domina un laberinto de antiguas calles y callejas que se cruzan entre sí, dentro de sus murallas. El Núcleo Museológico de Melgaço, en pleno centro del poblado y al aire libre, incluye el foso de la Edad Media y una pequeña parte de las paredes fortificadas. Toda la región se caracteriza por su relación íntima con el río Miño y la vecina Galicia (España); por lo demás, el clima riguroso, especialmente frío durante el invierno, determina la arquitectura de las pequeñas aldeas. Castro Laboreiro, en los límites del condado, es principalmente conocida por la raza de perros ovejeros a la que da su nombre, considerados excelentes guardianes y utilizados desde siempre por los pastores para proteger los rebaños de los ataques de los lobos. Además, pueden verse las ruinas de un castillo medieval, en esta población orgullosa de sus curiosas tradiciones y costumbres, aún bien conservadas por sus habitantes, a novecientos cincuenta metros de altitud. La zona evoca un pasado remoto, un ejemplo del cual puede verse en la meseta limítrofe con España, donde se encuentra la colección más grande de megalitos hallados en Portugal. Melgaço también proporciona una vía de acceso conveniente al paisaje dramático del Parque Nacional de Peneda-Gerês, con su rica fauna, picos agrestes y hermosos valles arbolados.
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